Y que el rock, sea…


Por: Margarito Zárate

Desde chavito escuchaba mucha música de la radio. A mis padres les gustaba mucho y todo el día estaba prendida; transcurría el día con la hora de Pedro Infante, de Javier Solís, de la Sonora Santanera. Los baladistas de aquella época: Los Ángeles Negros, Los Solitarios, La Tropa Loca. Empezaban Raphael, Roberto Carlos, Camilo Sexto, José José y así un buen de grupos. Mi papá, por las mañanas, nos ponía la hora de Cri-Cri y felices nos íbamos a la escuela. Así transcurrió mi niñez, por allá de 1972. Yo tenía 11 años cuando un amigo de la escuela me invitó a su casa; tenía un tocadiscos y puso un disco de los Teen Tops. Era un EP: de un lado traía una canción y otra en el reverso; una era el «Rock de la Cárcel», y la cara b » Presumida«:

“Nos vemos presumida
no te puedo aguantar
esas puntadas tuyas
no las puedo aguantar…»

Después de cantarla como 20 veces supe que lo mío era el Rock and Roll!!

De ahí en adelante buscaba las estaciones que tocaran Rocanrol, y empecé a «sufrir» el desprecio por los guitarrazos y tamborazos. A mi familia no le gustaba esa música pa’ locos y yo me aferraba más a ella. Transcurrieron los años y a los 15 me metí a una secundaria abierta para terminarla, ya me faltaba un año para acabarla y ahí conocí a unos cuates que les gustaba el Rock. Aprendí a escuchar música en inglés: a los Beatles, Elvis, Los Rolling Stones, y un buen de grupos más; por supuesto, no acabé la secu. ¡Diantres!

Empecé a escuchar programas de radio que tocaba música en inglés como «La Pantera», «Radio Éxitos» y, quien más la rifaba: «Radio Capital».

Comencé a comprar revistas de Rock: «El México Canta», «Pelo» ,«Notitas Musicales». Después salió el «Conecte» y «Sonido», ésta última era la mejor porque estaba a colores, las demás venían en blanco y negro. Los sábados era obligatorio estar en el tianguis del chopo, para comprar discos o cambiarlos. Y así estaba yo en la vida, solamente preocupándome de mi música. Intenté aprender a tocar la guitarra pero no fue lo mío, me esforcé en aprender inglés para entender las rolas, pero tampoco funcionó. Llegó el día que empecé a salir con las chavas y, ¡ándale!, a aprenderme las canciones de Juan Gabriel, de Roberto Carlos, y de toda la fauna baladista. Tenía que brillar en la sociedad, sobre todo. ¡¡¡Jajaja!!!

Pero todo esto terminó, duró un par de años y volví a lo mío. Ya para esos entonces había superado a los Beatles, Elvis, Credences, Stones, y ya escuchaba a Zeppelín, Sabbath, Deep Purple y a mis favoritos The Doors. Tuve una etapa loca cuando me metí a la onda Punk, yo era un chavo de onda, pantalón de mezclilla entubado, zapatos con suela de hule espuma, playera rocker y chamarra de mezclilla, greña larga. Andaba de toquín en toquín en puro hoyo funki, con olor a pachulí, activo y mariguana, uff, que ricas sensaciones. Pero en una ocasión, de regreso a mi cantón, me agarró la ley: me subieron a la patrulla y que me cortan mis greñas. ¡¡Me dejaron bien trasquilado!! No me corté el pelo y así anduve unos meses, después dejé esa etapa punketa.

Ya tenía mi tocadiscos y empezaba a trabajar. Con mi primera quincena me compré el disco «El lado obscuro de la luna» de «Pink Floyd». Rayaba yo los 18 añejos y bien prendido, mi frase » si el rock fuera comida ya me lo habría acabado». Mi búsqueda musical me llevó por caminos iluminados, ya que me interné en el «Rock Progresivo» empezando con El Pink, YES, ELP, Crimson, Magma, Camel y un bonche de bandas más. De todas, las bandas italianas fueron mi gran devoción: Banco, Le Orme, PFM, Il Balleto y un resto más. El rock progresivo sinfónico me llevó a escuchar a los grandes clásicos, y así compré algunos discos de Beethoven, Vivaldi, Warner, Orf y varios más.

Llegamos a los 80’s y en México se está gestando un movimiento, «Los Rupestres», donde están Rockdrigo, Jaime López, Rafael Catana, Fausto Arrelin, Roberto González, Emilia Almazán, Nina Galindo… Estamos en el 83, cuates cantando buenas rolas con instrumentos básicos y mucho sentimiento, en lugares más accesibles, ya no eran los hoyos de antaño. En el 85, en el terremoto, muere el brazo fuerte de este movimiento, el buen Rockdrigo.

Por estos años se da un tremendo brinco, pues llegan los CDs y con ello la piratería a gran escala; a surtirse de CDs. Comienza el rock en tu idioma, surgen un buen de bandas, y a cotorrearla: de concierto a concierto, y a ver a Radio Futura en El Hotel de México, Miguel Ríos en CD. Deportiva, a los Fabulosos Cadillacs en Polanco, un buen de festivales y muchísimas bandas. Y a caerle al Rockotitlan, al LUCC, Rockstock, y no dejar de escuchar espacio 59 en AM y Stereo Joven en FM.

Ver a Caifanes, Tacubos, Maldita, Real de 14, Cecilia Tousaint, El Trole, El Tri; ¡¡ya se podía asistir a conciertos con butacas!! Llegaron los 90′ y el mp3: un resto de música en todos lados y grandes conciertos con bandas internacionales y que están al día, no como en los 70´s donde puro cartucho quemado nos llegaba; Queen en el 81 y Santana en el 83 fue de lo mejor que nos llegó, y por supuesto que estuve en Puebla en el primer concierto de Queen en México.

En los 90´s me alejé del rock y empecé una vida de farándula, empecé a tomar.  De chavo nunca quise tomar ni drogarme, sabía que si lo hacía terminaría muy mal, ya que veía las borracheras que se ponían en mi familia y los pleitos que ocasionaban. No me daban ganas de tomar, empecé a los 34 años, pero en los 90´s me descarrilé, y lo mío era la fiesta: salsas, cumbias, merengue y en ocasiones un poco de rock.

Comenzaron los 2000´s y por 2007 nacieron los Blogs; miles de discos posteados y a descargar y descargar discos, todos los que había soñado tener ahora eran míos. Esto duró hasta el 2012, cuando los gringos desbarataron a Megaupload y Rapidshare, que eran sitios de alojamiento de archivos. Me compré un disco externo de 500 gigas y casi lo llené; luego se me dañó… snif, snif.

En 2015 empezaron a subir discos completos a YouTube y se crearon las páginas de convertir de YouTube a mp3, los descargabas en tu pc, luego ya lo podías descargar en tu celular y los celulares evolucionaron con más cantidad de memoria y mejor sonido.

Y sí, me he pasado unos años disfrutando de la música, tengo una página en YouTube (margarito2013) con más de 200 videos, y ahora que estoy a punto de pensionarme espero disfrutar de más rock hasta mi muerte. “Y que el rock sea!!!”.

Margarito Zárate

Nacido en Nochistlán, Oaxaca, lleva siempre consigo mucha música a donde quiera que esté. Acerero de corazón y sangre azul y piel dorada.